Cuando el ATLÉTICO CELAYA de Butragueño casi demuele la liga (1995-96) | Campeón Sin Corona

Hay equipos que por sus hazañas hoy ocupan un lugar muy importante en los almanaques históricos del balompié azteca.

El futbol es generoso, desinteresado. No tiene favoritos. En el Planeta Futbol el sol sale para todos, aunque a veces se tarda en llegar.

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A pesar de no ser considerados grandes o de mucho renombre, algunos clubes han labrado momentos dignos de enmarcarse por su dimensión y trascendencia, ganándose así un lugar en la vitrina de las proezas más legendarias del futbol mexicano.

Índice

Ascenso a Primera División

Tal es el caso de aquel Atlético Celaya de la ya lejana temporada 95-96. El equipo cajetero regresaba a Primera División luego de 34 años de ausencia y tras derrotar a los Tuzos del Pachuca en la final del Ascenso 94-95.

Aquella campaña sería única y especial en la historia del futbol mexicano y mundial. Se jugaría el último torneo largo de la historia de nuestro país y la FIFA anunciaría que las victorias empezaban a sumar tres puntos a partir de ese año.

Además, Carlos Hermosillo se convirtió en el tercer futbolista mexicano en superar la marca de los 200 goles en torneos de liga, después de Horacio Casarín y Adalberto López, esto al mismo tiempo de conseguir el tricampeonato de goleo.

A decir verdad, los directivos celayenses no esperaban un ascenso al máximo circuito tan repentino, por lo que no estaban preparados para armar un equipo de primera ni para cumplir con los lineamientos técnicos que exigía la Federación.

Como la administración del club no tenía dinero para ampliar el estadio Miguel Alemán Valdés, tuvieron la grandiosa idea de recabar fondos haciendo colectas entre los habitantes del municipio y finalmente lograron remodelar el inmueble.

Fichaje de Lujo

Antes de empezar el campeonato y ya como equipo de primera categoría, los Toros de Celaya lanzaban una bomba que retumbaba en todo el medio futbolístico.

Gustavo Hernández, presidente del club, anunció la flamante contratación de Emilio Butrageño, figura del Real Madrid y líder histórico del club merengue en la llamada Quinta del Buitre.

Para convencerlo, el presi le ofreció un millón de dólares por temporada, una lujosa casa y dos automóviles nuevos. Además del idioma, hubo otro factor para que el ‘Buitre’ firmara.

Algunos dirigentes eran sus amigos, en su mayoría españoles o descendientes que desde hace años vivían y trabajaban en el estado que en ese entonces gobernaba Vicente Fox.

Butrageño llegó a un desconocido Celaya que en sus filas contaba con nombres a los que él no estaba acostumbrado: Hugo Pineda, Iván Hurtado, José Damasceno ‘Tiba’, Richard Zambrano, Salvador Mercado, entre otros.

Debut en Primera División

En su debut en primera con los Tecos de la Autónoma empataron a unos. Le ganaron al Monterrey a domicilio en el extinto Tecnológico de Monterrey y para la fecha tres igualaban a 2 con el Puebla. Luego vencían a Veracruz y después volvían a empatar con Cruz Azul.

Los Toros de Butrageño perdieron el invicto hasta la sexta fecha cuando los Santos de la Laguna los derrotaron por marcador de 2 a 1.

En el resto de la primera vuelta, cosecharon 2 victorias, 5 empates y 4 derrotas, una de ellas ante las Águilas del América, en donde cayeron por goleada de 4 a 1 en el Estadio Azteca.

A pesar de arrancar la segunda parte del certamen con derrota ante los Tecos y empate con Rayados, los dirigidos por Juan Manuel Álvarez se reafirmarían como la revelación del torneo, con victorias seguidas ante Puebla, Tiburones Rojos, Cruz Azul, Santos y Atlante.

Esa racha sólo se vio interrumpida por un empate ante América, para después volver a vencer, ahora al Morelia.

Después de no sufrir descalabros durante 7 fechas seguidas, los cajeteros se relajaron lo suficiente como para caer 2 por cero ante los Rojinegros del Atlas y los Tigres de la Autónoma, además de perder por la mínima contra Toluca.

Con 5 jornadas por disputarse, el Atlético Celaya veía factible la posibilidad de calificarse a la fiesta grande. Se encargó de golear bravísimo Toros Neza de Federico Lussenhoff, Miguel Herrera y Antonio Mohamed.

El poderoso Necaxa de los 90 salió derrotado del Miguel Alemán Valdés al igual que los Pumas, y las Chivas corrieron con la misma suerte, pero esta vez en el Estadio Jalisco.

En la última fecha los Toros perdieron contra León, pero la buena recta final que tuvieron los dejó colocados como cuarto lugar de la tabla general y primeros de su grupo, por encima del América.

Cuartos de Final

El Atlético Celaya ganaba su pase a las finales del futbol mexicano en su reingreso a la Primera División. En los cuartos de final se vieron las caras con el Monterrey del ‘Cabrito’ Arellano, que terminó quinto de la general.

En la ida en el Tecnológico, Celaya ganaba con dos goles de diferencia anotados por Emilio Butrageño, sin embargo Rayados acortó al 64’ por vía de David Patiño, que había entrado de cambio, y empató al 68 desde los once pasos por conducto del argentino Sergio Ariel Verdirame, luego de una infracción dentro del área sobre Luis Miguel Salvador.

Para la vuelta en la cabecera municipal de Guanajuato, celayenses y regiomontanos no se harían daño. Igualaron a ceros luego de un encuentro carente de espectáculo y emociones fuertes.

Semifinales

Con el empate global 2 a 2 y por mejor posición en la tabla general, Celaya se clasificó a las semifinales del último torneo largo de la historia. Para estas instancias sus rivales en turno serían los Tiburones Rojos del Veracruz.

Los escualos de Antonio Carlos Santos, Antonio Apud, Niver Arboleda, ‘Halconcito’ Peña y su técnico, Tomás Boy, recibieron en el Luis Pirata Fuente al Celaya de Butrageño y compañía para caer por la mínima diferencia luego de la solitaria anotación de Salvador Mercado.

Para el regreso en el Miguel Alemán Valdés, los del puerto vivieron una pesadilla al caer 5 goles por uno.

El chileno Luis Richard Zambrano Chávez, ex Santos Laguna y Deportivo Cali, se mandó un soberbio póker digno de enmarcar. Convirtió al 16, 25, 35 y 51.

‘El Buitre’ hizo el quinto de la noche y Antonio Carlos Santos descontó para los Tiburones Rojos.

Finalmente, el marcador global quedaba 6 a 1 y la escuadra cajetera accedía, sorprendiendo a todo mundo, a la gran final del futbol mexicano. Ahí se mediría, poder a poder, contra los Hidrorayos del Necaxa, un equipazo también de época que había quedado segundo de la general y que dejó fuera a las águilas del América.

Paso de Necaxa en Liguilla

En una serie que se jugó en el Estadio Azteca, ‘Matador’ Luis Hernández y ‘Cabecita’ Ricardo Peláez aventajaron a los Rayos.

Primero ‘Matador’ marcó el 1-0 de cabeza luego de un excelso desborde por la banda izquierda por parte de la leyenda necaxista, Alex Aguinaga. El ecuatoriano se quitó a su marcador con tremendo recorte y mandó un centro preciso para el movimiento del pozarricense, quien se aventó de palomita para encontrarse con el esférico y marcar el gol.

Por su parte, Peláez puso el 2 a cero definitivo en la ida. ‘Cabecita de Oro’ recibió el balón en las afueras del área grande luego de un contragolpe necaxista. El delantero mexicano dejó entrar el baló y soltó un derechazo que dejó parado a Oswaldo Sánchez.

Ya en la vuelta, tres días después, rayos y águilas igualaron a un tanto. Omam-Biyik le dio esperanzas al América de un cabezazo al minuto 18 pero Peláez derrumbó las ilusiones azulcremas a 5 de que acabara el primer tiempo. Para el complemento no se harían daño dejando el marcador global 3 a 1 en favor de Necaxa. El hermano chico le pegaba al grande.

La última final de torneos largos en el máximo circuito mexicano la jugaría el recién ascendido Atlético Celaya y los poderosos Rayos del Necaxa, el equipo de la década.

Gran Final

La cita para la gran final de ida fue el primero de mayo de 1996 en el Estadio Miguel Alemán Valdés, recinto que todo Celaya y medio Guanajuato abarrotaron para ver al equipo de moda.

Fue un partido muy apretado en medio campo donde el juego ríspido y las imprecisiones por parte de ambos equipos fueron una constante.

Celaya lo intentaba con desbordes y centros de ‘Tiba’ que buscaban la cabeza del chileno Richard Zambrano.

A Necaxa le costaba muchísimo hilar jugadas colectivas que les permitieran ofender a los locales. Sin embargo, al 25 del primer tiempo, tras un balonazo largo y sin idea de Uwe Wolf, los centrales celayenses se confiaron dejando botar el balón dentro del área grande.

Iván Hurtado intentó sin éxito despejar el balón con una media tijera. Sin embargo, para su mala fortuna, el balón quedó flotando dentro del área, esto le permitió a Peláez avivarse frente a sus marcadores y ganar el balón de cabeza por arriba para incrustarlo ante la precipitada salida de Hugo Pineda.

‘Tiba’ no salió fino, erró muchos pases y centros. Ni Zambrano ni Butrageño pudieron entenderse y el primer tiempo acabó con un Celaya dominado por el rayo.

Ya en el segundo tiempo los Toros se pararon mejor sobre el terreno de juego y al 57 se encontraron con el gol de la igualada gracias a un remate de Carlos Hernández luego de un acertado recentro de Emilio Butrageño.

Necaxa lo intentaba con centros de Aguinaga y Celaya buscaba a base de contragolpes y balonazos. No obstante, el juego brusco y el constante dialogo entre jugadores y colegiado acabaron con la fluidez del partido, mismo que terminó en igualada a unos.

Los Rayos de Manuel Lapuente recibían al Atlético Celaya en el Estadio Azteca para la final de vuelta ante más de 80 mil espectadores. Un gran hito que quedará para la historia por el gran número de aficionados celayenses que se dieron cita en el Coloso de Santa Úrsula.

Al equipo del Buitre le bastaba ganar por un gol para conseguir el campeonato y a los Rayos les bastaba con el empate a ceros para consagrarse bicampeones.

El partido inició parejo, se luchaba mucho en medio campo por la posesión del balón. Ambos equipos querían asegurar el campeonato y no arriesgaban de más.

Richard Zambrano mandó un cañonazo apenas al minuto dos que Nicolás Navarro atajó con oficio. Necaxa respondió con un remate de Uwe Wolf que apenas y salió desviado.

Los Hidrorayos, muy a su estilo, jugaron a guardar el marcador aguantando abajo y esperando por algún letal contragolpe.

Atlético Celaya poseía la redonda más que su adversario, pero cuando la perdían quedaban expuestos ante los desdobles necaxistas. Luis Hernández cedió con maestría para García Aspe, quien al 22 reventó el travesaño de un seco cañonazo.

Los rojiblancos aguardaron valientes con el camión atrás. Todo el segundo tiempo versó sobre un Celaya volcado al frente. Butrageño, Zambrano y Carlos Hernández llegaban y llegaban, pero ‘Cuchillo’ Herrera, Tavo Becerril y Uwe Wolf impedían que sus embates fructificaran. Además, el meta rayo, Nicolás Navarro, demostró que la suerte estaba de su lado cuando se salvó de ser perforado en los instantes finales.

En las postrimerías del partido, Peláez se tiró de chilena pero su remate salió desviado. Ya sobre el límite del añadido, Armando Cabrera mandó un centro preciso a la ubicación de Emilio Butrageño.

El español quedó absolutamente solo frente al arco necaxista con la oportunidad de consagrarse como máximo ídolo celayense y dador del que sería su primer título de liga. Pero sorpresivamente su cabezazo salía sumamente desviado y se esfumaba la esperanza de título para una ciudad que vivió ilusionada y desbordando alegría por un año entero.

El árbitro central pitó el final del tiempo reglamentario y Necaxa se proclamaba bicampeón del futbol mexicano gracias al criterio de desempate donde el gol de visitante contaba doble en caso de igualada.

Los Rayos se coronaron bicampeones reafirmándose como lo mejor de la década y al Atlético Celaya lo proclamaron como el famosísimo campeón sin corona.

Los Toros del Celaya de la Temporada 1995-96, fueron un equipo que eclipsó a la liga mexicana. Cual fenómeno que solo se ve muy pocas veces en la vida, el conjunto cajetero armó un plantel sólido y expectante que llenaba estadios cada 8 días, de local y de visita.

Un equipo guiado por ‘El Buitre’ Butrageño, que siempre será recordado por su atrevimiento, juego en conjunto, determinación y explosividad. 

Sin duda fue un Celaya que marcó época y fue la sensación no solo de una pequeña ciudad, sino de todo un país.

¿Crees que este Celaya fue un equipo de leyenda? ¿Qué recuerdos te vienen a la mente cuando escuchas hablar sobre el Celaya de la segunda mitad de la década de los noventas?

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