Cuauhtémoc es una de las más grandes leyendas del América y del futbol mexicano.
El 6 de marzo de 2016, Cuauhtémoc Blanco, ‘El Divo de Tepito’, colgó para siempre los tenis del futbol profesional en una polémica despedida con las Águilas ante el Morelia.
«Solo quiero decir que me voy muy contento y muy feliz por la oportunidad de haber jugado un partido oficial, agradecerle a Emilio Azcárraga, a la directiva…»
Cuauhtémoc Blanco
El que mucho se despide pocas ganas tiene de irse
Sin embargo, antes de aquel 6 de marzo, ‘El Temo’ ya había dicho adiós a los empastados en cuatro ocasiones.
Primero lo hizo en 2008 cuando anunció su retiro de la Selección Mexicana. Dicha ocasión lo hizo durante un partido eliminatorio contra Canadá en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
Al poco tiempo regresó junto a Javier Aguirre para salvar el barco de la Selección Mexicana rumbo al Mundial de Sudáfrica 2010, certamen que ‘Cuau’ disputaría.
La segunda partida fue en 2014 ante Israel previo al viaje del tricolor a la Copa del Mundo de Brasil. El ahora gobernador de Morelos fue de lo mejor del tri durante el primer tiempo, único que jugaría.
Un año después, con el Puebla, disputaría su último juego en el máximo circuito durante la gran final por la Copa MX, la cual ganó ante su odiado rival, las Chivas del Guadalajara.
Luego, sin saber si era futbolista profesional o actor político, ‘Temo’ disputó un partido de despedida el 23 de agosto de 2015 en Michigan, Estados Unidos. En dicho cotejo participaron sus ex compañeros y ex colegas en un Clásico de Veteranos de América y Chivas.
Por último y la más polémica de todas sus despedidas fue en 2016 durante las celebraciones del Centenario del Club América cuando ya como Alcalde del municipio morelense de Cuernavaca, Emilio Azcárraga en complicidad con la liga, lo registraron en el plantel azulcrema para que jugara un partido de despedida en el Estadio Azteca.
Después de una intensa preparación, el jugador se ponía por última vez, ahora sí, la casaca del América. Las burlas no se hicieron esperar. Que si estaba gordo. Que ya no corría. Si la joroba. Que ya era un señor. Y Cuauhtémoc, como siempre, cerró bocas.
Con el número 100 en la espalda y casi 25 años de experiencia en el futbol, el genio tomaba el balón, levantaba la cara, recortaba, ponía pases mágicos y presumía todos sus encantos.
En la jugada que pudo ser el punto final con tinta dorada, Cuauhtémoc Blanco amagaba a un defensa del Morelia, dejaba atrás al segundo y metía una vaselina con esa pierna derecha que tantas alegrías regaló.
El balón voló en una parábola infinita, cargado de recuerdos y glorias. Rebotó en el travesaño, el maldito travesaño que no quiso que gritáramos el último gol del maestro en su casa, el Estadio Azteca.
Por fin. Por fin y con mucha melancolía, el hijo del barrio, el que siempre ponía el carácter, el liderazgo y, sobre todo, el futbol, colgaba los zapatos, dejaba el deporte a nivel profesional.
Ahora, sólo nos queda verlo en partidos de exhibición, donde deja claro que la exquisitez no se marchita, al contrario, se añeja y es cada vez más deliciosa.
Cuauhtémoc Blanco. Único, irrepetible, incansable, indomable, polémico, sarcástico, burlón, impaciente, irreverente y humilde. Ídolo. Una Leyenda del Futbol Mexicano.
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2 comentarios en «El día que Cuauhtémoc Blanco se retiró de las canchas»