Definitivamente no fue legítimo pero éste fue el gol de Jared Borgetti que Santos inmortalizó en acero, mismo que le dio su primer campeonato de liga.
No puede cuestionarse que Jared Borgetti es el más grande ídolo que ha defendido los colores santistas.
A pesar de no haber debutado como profesional en sus filas, el Zorro del Desierto es el único jugador que puede ser nombrado como la máxima leyenda en la historia del club coahuilense.
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Procendente del Atlas, Jared llegó a la Comarca Lagunera para el Invierno 1996, el primer torneo corto en la historia del futbol mexicano.
Jared no lo sabía pero ese mismo año, a sus 23 años de edad, haría campeón al Santos Laguna por primera vez en su historia.
En la temporada regular de aquel Invierno 96, Jared marcó 9 goles en 17 encuentros. El primero de ellos se lo hizo ni mas ni menos que a las águilas del América.
Cabe mencionar que los más goleadores de ese torneo fueron el español Carlos Muñoz Cobo de Puebla (15 anotaciones), el argentino Lorenzo Sáenz de Pachuca, Hermosillo del Cruz Azul y Gabriel García de Chivas (13 dianas).
Los de Torreón acabararían segundos de la general con 34 puntos, 10 partidos ganados, 4 empatados y 3 perdidos.
Muy buenos números para Jared y su equipo. Enfrentarían la liguilla con los ánimos por los cielos.
En los cuartos de final les tocó medirse contra los rojinegros del Atlas, el equipo donde el de Culiacansito, Sinaloa, viera sus primeros minutos como profesional.
Para la ida en el Jalisco, Atlas y Santos empataron a un gol. Borgetti al 26 de tiempo corrido puso el uno a cero pero Larrosa empató para los rojinegros a dos minutos del final.
Llegaría el partido de vuelta y los de Torreón avanzarían a semis con marcador de 3-1, 4-2 global. Jared festejó en dos ocasiones ese día.
El rival en turno eran los Toros de Ciudad Nezahualcoyotl.
La ventaja conseguida en la ida contra los Toros Neza no apaciguó las ganas de victoria de Jared, por lo que en la vuelta se empachó con su primer hat trick en liguillas.
5-2 marcador global para avanzar a la gran final, la segunda de la historia santista.
Ahí se enfrentaron a un gran Necaxa, dirigido por Manuel Lapuente, un clásico de los noventas. Una de las finales más emocionantes de la historia arrancaba con un trallazo de García Aspe que era desviado a la portería. 1-0 el partido de ida, que dejaba todo para la vuelta.
En la Comarca el juego comenzaba explosivo, con el gol de Paco Gabriel de Anda y el casi inmediato 2-0 de Caballero. Se acababa el primer tiempo y la Comarca gritaba de locura.
Pero pronto Peláez calmaba los ánimos con un zapatazo que se colaba en el ángulo de la portería de Santos. El gol del Matador Hernández ponía las cosas a favor de los Rayos, pero Gabriel Caballero, asistido por Borgetti, volvía a poner las tablas en el global.
La final parecía apuntar a los tiempos extra, pero un centro preciso por derecha de Nicolás Ramírez era rematado por el mejor cabeceador mexicano de todos los tiempos. Un frentazo magnífico que entraba al ángulo.
Este gol fue inmortalizado por la directiva lagunera, con una estatua que se encuentra fuera del Territorio Santos Modelo.
Sin embargo, y para disgusto de los necaxistas, Jared estaba adelantado y el tanto del triunfo no debió contar.
Una plantilla histórica de Santos, con Galindo, Caballero, Paco Gabriel y Miguel España coronaba el primer torneo corto de todos los tiempos, con el primer título de la historia lagunera.
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